– ¿Alguien ha perdido unas fotos de San Francisco?


Raro, ¿verdad?

Sí, este post es un experimento social y de capacidad de crear red. Deseo comprobar si es posible encontrar al propietario de una tarjeta de memoria de 256 Mb que contiene un centenar de bonitas fotos de San Francisco. Ayer, 18 de febrero de 2009, me la encontré en la calle Del General Álvarez de Castro, en Barcelona, cerca de la Catedral, más aún, casi en frente del Mercat de Santa Caterina. Mapa

Mi primera idea había sido poner una de las fotos en la que aparece un grupo de unas 7 personas. Me da pena que hayan perdido sus fotos, ¡con lo felices que se ven!. Pero me asalta una duda: ¿estaré incurriendo en alguna ley, norma… sobre protección de la intimidad? ¿Alguna de las personas de las fotos se podría ofender, o tal vez sus familiares? ¿El novio, mujer, amante… de alguna de esas personas puede descubrir un affaire desconocido? Ves a saber… Por eso que no coloco ninguna foto de ell@s.

El siguiente paso del experimento es ver si soy capaz de recabar la ayuda de quien entre en el Blog. Seguro que más de uno/a podrá orientarme en asuntos legales sobre la intimidad y el derecho a la propia imagen. En el caso de querer ayudar a estas personas a encontrar sus fotos… ¿Incurro en algún delito por poner una foto de esas personas y que sean reconocibles? Sería lo más fácil para poder crear la red de personas que los conozcan y les informen de que tengo sus fotografías. Son unas 7 personas y según las teoría de los Seis Grados de Separación las posibilidades de encontrarlos crecería de forma exponencial a medida que más gente leyera el post con el tiempo.img_0128

El tercer paso, y a la espera de asesoramiento legal y veraz, solo puedo que poner una foto identificable por alguna de estas personas o de su entorno que la haya visto, o sepa que estuvieron allí.

Finalmente colocar datos para identificar a los apenados perdedores de su memoria. El target será:

1. Personas que han perdido una memoria de 256 Mb con las fotos de su viaje a San Francisco.

2. La pérdida se produjo en Barcelona, el día 18 de febrero de 2009 o algún día anterior: 17 de febrero, 16 de febrero…

3. Se perdió alrededor de la Catedral y del Mercat de Santa Caterina (Mercado de Santa Catalina).

¿Alguna idea más para encontrar al propietario?

Una vez se identifique el posible propietario le haré algunas preguntas para poder identificarlo o bien, si es una de las personas que aparecen no hará falta que «lo interregue :-)»

8 respuestas to “– ¿Alguien ha perdido unas fotos de San Francisco?”

  1. mdmngz Says:

    Interesantísimo post. Te confieso que en primera instancia -ya que andamos en términos legalistas- pensé que se trataban de fotografías del santo de Asís o del de Sales, todo lo más.
    Creo que tu aproximación al problema es muy rigurosa y meditada y especialmente el último párrafo, el de las preguntas para confirmar la veracidad del propietario. Esto es lo que suelen hacer en Objetos Perdidos (Troballes) y lo que yo haría si me encontrara p.e. una cartera por decir algo marrón. También te digo que de un tiempo a esta parte cuando me encuentro algo prefiero pasarlo por alto. Tuve una racha que no dejaba de encontrarme carteras de turistas y era muy pesado.

    Precisamente el otro día nos estábamos preguntando con una amiga que también lo es de Facebook, si era legítimo y correcto que después de todas las precauciones que se toma para la privacidad de su perfil, resulta que «amigos» de ella cualgan sus fotos e incluyen su nombre. Ese pormenor se escapa a su control. ¿Qué se puede hacer? ¿Impedir que le saquen a una fotos?

    Sé por otra parte que los abogados están muy atareados últimamente con casos así y otros todavía más amarillos (no olvidemos que la sociedad se está telecinquizando a una velocidad vertiginosa), cosa que no olvidemos que a ellos les resulta lucrativa, por supuesto. Lo que es cierto y contrastado es que puedes meterte en problemas con la justicia si lo que difundes revela un secreto. Bien podría ser lo de tus fotos de San Francisco, porque igual esa felicidad que rezuman son por alguna relación ilícita, con menores o fuera del matrimonio y hay dinero de por medio.

    Un abrazo, Félix. TE has hecho esperar pero -como no dudaba- ha valido la pena.
    Isidoro bien.
    Marta

  2. mdmngz Says:

    Perdón, he entrado como Mdmngz, pero soy Aaoiue (http://aaoiue.blogspot.com

  3. 08wallace Says:

    Lo sé, lo sé Marta que eres tú. Te sigo en tus dos vertientes bloguistas:-)

    Tienes razón, el primer impulso era poner a esas personas y seguro que alguien las conoce. Después me asaltaron las dudas y de ahí todo el entramado mental que me monté. Además es divertido pensar que con estas fotos puedo descubrir una situación embarazosa para alguna persona… y tampoco es el caso de fastidiar a personas tan felices. Ojalá que encuentre a sus propietarios y que este experimento funcione !!!

    En el Facebook también veo muchos peligros, y sobre todo me asusta respecto a mis hijos. Les digo que sean prudentes pero claro… ellos no ven peligros que avezados navegantes como yo sí que podemos otear…

    Un abrazo para ti e Isidoro !!

  4. Isabel Says:

    Qué pena, no puedo ayudarte en tu experimento. Pero te contaré una anécdota reciente.
    El sábado pasado salí a cenar y, de regreso a casa, nos encontramos un monederito. Alguien propuso dejarlo allí mismo pero enseguida le arrebaté el tesoro. Soy una verdadera fan de este tipo de misterios y siempre me ha entusiasmado buscar al dueño y entregárselo. Y cuanto más complejo es dar con su desesperado propietario, más me ha fascinado la búsqueda.
    Ni siquiera lo abrí esa noche. Lo dejé sobre el escritorio y el domingo quedó allí, esperando. El lunes lo metí en mi bolso y, en un rato de tranquilidad en mi despacho, lo abrí. Había al menos ocho estampitas de todo tipo: el Papa actual, el pasado, dos o tres beatos, un par de santos, una esquela… Y, además, una bolsita con una piedrecita de marihuana (¡!), y una servilleta gruesa con lo que me pareció una carta; un par de tarjetas de cliente de diversas franquicias… Me resultó todo muy intrigante. Para que algo te resulte intrigante, a veces basta con dejar volar un poco la imaginación…
    Traté de encontrar un teléfono, una dirección. Pero lo más próximo a una identidad, era un Carnet Joven caducado. Me encontraba ante el monedero de una chica (eso ya lo sospechaba), bastante pía, un tanto porrera, que se bronceaba con rayos UVA y que dejó de ser joven hacía dos años (o, al menos, según criterio de doña Esperanza Aguirre).
    Pero de teléfonos, nada de nada.
    Me dije: «Bueno, vamos a echarle una ojeadita, pequeña, a esta carta, a ver si hay algún dato interesante sobre su original dueña».
    Y lo que comenzó pareciéndome una carta de amor era… sí, una transcripción de una carta de amor. Del amor de San Agustín por el Señor.
    Vaya, sólo corroboraba mi teoría de que la mujer (ex-joven) es una devota de hondo calado.
    Al menos, tenía su nombre. Había llegado la hora de echar mano de… ¡¡Google!!
    Y, al fin, una pista interesante: aquella persona tenía página en Facebook. Así que me metí en esta universl red, de la cual he decidido no tomar parte. Oh, qué chasco: si no eres miembro, no puedes acceder a ningún tipo de información, ni siquiera puedes escribir a un miembro.
    ¡Ajá! Mi compañera de trabajo SÍ es miembro de Facebook. Le cuento mi misteriosa búsqueda y ella, que ya me conoce, decide echarme un cable.
    Le escribe un mensaje para que me llame cuanto antes.
    Y en menos de dos horas, teníamos respuesta!!! Me llama mi compañera con la dueña del monedero al teléfono!
    Me pasa la llamada. Trato de mantener la calma. Estoy a un paso de resolver un nuevo misterio. En primer lugar se identifica. Primera prueba concluyente: coinciden los nombres. Por su tono de voz, sospecho que es una ex-joven desde hace muy, muy poco tiempo. Probablemente, su edad cronológica haya superado la juventud, pero algo me dice que sus hábitos, inquietudes y actividades son muy juveniles… Comenta el tema de las estampitas, «Tiene muchas, ¿Verdad?». «Sí», respondo brevemente, «y alguna cosilla más…». Una risita nerviosa me indica que efectivamente, está al corriente de la totalidad del contenido del monedero. «Jijijiji… Eso me passsa por llevar lo que no debo, ¿verdad? jijijijij»
    Creo que mi caso está resuelto. Mi curiosidad se apaga en cuestión de segundos. Sólo queda citar a la ex-joven para confirmar que su apariencia coincide con la de la persona fotografiada en el Carnet Joven caducado: un rostro anaranjado (serán los rayos UVA) y una mirada al infinito…
    Esa misma tarde se presenta en la oficina. Le entrego el monedero. Murmura un «muchissssimasss gracias» y después se marcha a toda velocidad. Me parece escuchar por las escaleras de salida, junto con el taconeo de sus juveniles zapatos un «jijijijijiji».

  5. on strike Says:

    Félix, espero que hayas tenido éxito en tu experimento.

    Después de leer vuestras experiencias, no puedo menos que volver, una vez más, a mi idea de que debe existir, en algún callejón oscuro, una sórdida oficina de objetos perdidos ( me gusta imaginarla así, romántica por lo decadente)donde acudir cuando siento el impulso de recuperar aquel pañuelo de la india que vi volar mientras iba en barco, o el maravilloso olor del gel de baño que usaba mi primer novio, o las fotos que perdí tras algún divorcio… Cuando esos deseos me asaltan ansiosamente, decía, me gusta recurrir a la idea de esa oficina.

    Pero,consciente de la probable inexistencia de la misma, quizás por ello hace un tiempo me encontré hurgando en internet,que sin tener oscuros callejones , es donde acostumbramos a buscar todo aquello que no encontramos. Y bueno,evidentemente no encontré el pañuelo, ni ese añorado perfume, ni siquiera la posibilidad de recuperar las fotos, pero recuperé del olvido algunos nombres, con la posibilidad de incorporarlos a mi facebook como si formasen parte de mi vida.

    Claro que, como todo en internet, no es absolutamente real…Y me encontré con las fotos de unas vidas ajenas a la mía, como el monedero que encontró Isabel, o como las fotos que recogió Félix.

    Nos llevamos a casa una pequeña fracción de recuerdos,mezclados con parte de la vida de otr@s, y una vez los tenemos tampoco sabemos muy bien que hacer con ellos. Pero además, la consciencia de que tod@s formamos parte de esa exposición , como cajas en estanterías de mi oficina de objetos perdidos,no sé si me gusta mucho …
    Tal vez un día vea una foto de alguien con «mi» pañuelo, o con «mi» novio (aunque, desgraciadamente, no pueda oler su perfume), o peor, ver «mis» fotos etiquetadas en el Facebook de alguien que ni siquiera conozco.

  6. 08wallace Says:

    Isabel, siempre tan inquieta. Un simple monedero y lo acabas de convertir en toda una biografía no autorizada. Es increíble lo que puede esconder nuestro doble fondo… para muestra esa pseudojoven y beata porrerilla…

    Y lo mejor, cómo lo vives y como lo muestras. Continúa así siempre, Isabel.

    ¿Los niños bien?

  7. 08wallace Says:

    On Strike, no, no está teniendo éxito el experimento.

    A falta que alguien me diga si sería ilegal poner las fotos en la red de quien las perdió… optaré por colgar una con todos los fotografiados. Al final, espero que alguna persona los conozca.

    Mientras tanto soñaré con esas vidas de las que tengo unos días registrados y con las vivencias que me has inspirado y que son transferibles a cada uno de nosotros.

    Salut !

  8. – Los viajeros que quieren recuperar su memoria « Esta noche cenaremos en el Hades Says:

    […] En febrero de 2009 debieron perder la memoria con todas sus fotos. Fue en Barcelona. Seguro que tenían una copia. […]


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