– Can, vamos!?


La primera vez que te vi estabas en la calzada de la autovía.

Habías sufrido un atropello, estabas herido, pero erguido y altivo. Sé que al cogerte te hacía mal pero resististe. Después vinieron las curas, la operación, la recuperación… y tu cojera permanente.

Durante toda tu vida has sido un perro fiel, y si se os pudiera calificar a los animales como a las personas, te podría decir que eras de buena pasta y muy buena persona, vamos un buen tío.

Te recordaré siempre junto a mí, cuando me acompañabas a buscar bolets, a la montaña, a comprar, a pasear… Te pasabas las horas por la noche a mis pies mientras trabajaba, agotado, en el ordenador: programando, corrigiendo ejercicios, gestionando proyectos, escribiendo… Solo ibas a dormir cuando yo cerraba el ordenador y me dirigía zombi a la cama… Gracias amigo, siempre estabas a mi lado.

También recuerdo como protegías al Grey en la calle de otros perros abusones, o a l’Albert cuando la Iris perdió los nervios.

Como le dije a la Iris, ya sabes, soy ateo, sé que no estaréis en ningún lugar salvo en nuestras mentes, en nuestra imaginación, en los recuerdos que hemos compartido. Pero mientras yo viva estaréis siempre vivos. Os quiero mucho, mis animales fieles 🙂

Can, gos fidel, tu i la Iris, els animals de la meva vida… Espero que no hagis patit i que em disculpis per no haver estat amb tu.

– Qué curioso: los conejos :-)


La búsqueda de mascotas por internet es una actividad que es más común de lo que podemos pensar.

Mi extrañeza sobre este tema comenzó al analizar las personas que llegan a mi blog. Un post que escribí mientras hacía el Camino de Santiago, justo cuando me divorcié, es el desencadenante de que me lleguen tantas búsquedas con la palabra de «conejos»

He investigado las búsqueda de mascotas y los resultados son:

  • Primer puesto para la palabra Mascota
  • Segundo puesto para los Perros
  • Tercer puesto para los Gatos
  • Cuarto puesto para los Conejos

– Iris, la señorita


La primera vez que te vi, me miraste entreabriendo tus ojitos de color miel. Te molestó la luz, lógico, desdeiris que  naciste no habías salido del cuarto en el que te cuidaba tu mamá.  Nos caímos bien, ¿verdad?

A los pocos días ya practicabas tus dotes de cazadora marcándome las manos con tus uñas y afiladísimos dientes. La de biberones que te he dado !!! Conmigo siempre fuiste cariñosa, tierna y ronroneabas a la más mínima. No te puedes imaginar cuanto he echado de menos, en estos últimos meses, que no te subieras a mi pecho, cuando yo estaba sentado, y que con tu calor y ronroneo tranquilizaras mis desasosiegos.

Siempre nos caímos muy bien. En aquella ocasión que tus celos maternales hicieron tanto mal a l’Albert estuvimos a punto de romper relaciones… es que te pasaste… celosilla. Al pobre Albert siempre le quedó el miedo a que perdieras los estribos en una nueva ocasión. Suerte que no volvió a ocurrir.

También recuerdo cuando te enamoraste del gato más macarra de la calle. Ya lo sé, era muy guapo l’Artur… pero chica… que os pillé infraganti. Perdona si te fastidié la noche loca… pero una señorita como tú debía de guardar las composturas. ¿Qué habríamos hecho con tus gatitos?

Siempre tuviste cara de cadellet, de cachorillo, eras guapa, juvenil, a pesar de tus casi 18 años. Y así lo volví a sentir cuando mis hijos te sacaron a la calle para que me pudiera despedir de ti. Te vi tan guapa !!!

Y no he podido acompañarte en el último estertor de vida, lo lamento mucho. Sabes que yo no decidí que la cosas fueran como son. Y ya van dos. Mi querido Grey también dejó este mundo sin que yo le acompañara.

Primero llegaste tú a nuestras vidas, después el Grey. Perdonarme por no haber estado a vuestro lado en los últimos momentos.

Y dejemos el lagrimeo. Os recomiendo que cuando os encontréis los dos, y mira que soy ateo, os bajéis (huy, perdón, miréis) la película Una pareja de tres. El prota es un perro, no los 4 que habéis sido vosotros más los 3 gatos que erais en el último momento que vivíamos todos juntos. Pues eso, sale un perro que puede representar tu vida gatuna pero en versión Can… ¿Can? mi querido perro cojo. Tú también estás triste, ¿verdad? La peli me recordó bastante nuestra vida anterior.

Ya sabes, soy ateo, sé que no estaréis en ningún lugar salvo en nuestras mentes, en nuestra imaginación, en los recuerdos que hemos compartido.

Iris, pequetita, al fin has dejado de arrastrar calcetines por la casa. Hace tiempo que debías de echar en falta los míos, ¿a qué sí?