– La pena del exilio emocional


A modo de manifiesto:

No puedes dejar de darle vueltas. Se ha desdibujado el horizonte, ves a tus hijos borrosos, lejos, desconocidos…

La injusticia ejercida sobre el padre (o madre) separado de sus hijos es inmensa, desmesurada, insuperable…

Pero tu vida sigue, vences tu estado de ánimo con nuevas experiencias, personas que te quieren y quieres, nuevas amistades, tu familia. Por momentos se atisba la figura de tus hijos, se acercan a ti, aparece la complicidad, llenas tus pulmones pletórico pues los  niños te ven como el padre, no como el señor que antes vivía en su casa. Dura poco y la figura del padre se les desdibuja, desaparece y se transforma…

Es duro el exilio emocional.

De aquí a 10 a 20 años, si no antes, se reconocerá la injusticia y abuso sufrido por los padres obligados a exiliarse emocionalmente. De nada servirá ni para los hijos ni para el padre que ahora lo padecen. No deseo, en el futuro, reconocimientos ni homenajes políticamente correctos e hipócritas que intenten expiar las penas de quienes ahora imponen y manipulan  nuestras vidas.

Deseo vivir la vida plena con mis hijos… pues simplemente los quiero, soy su padre y deseo ejercer el derecho a su educación desde mis principios, a la vez que comparto su vida, sus problemas y alegrías.

Una respuesta to “– La pena del exilio emocional”

  1. Maria Says:

    ¡Que pena de toda esa generacion de padres que no podran ejercer como tales y de todos esos niños que viviran sin un modelo paterno! Todo tu dolor, Felix, sera probablemente la mala conciencia de otros en un futuro. ¡Cuanto dolor puede causar la estupidez y el egoismo!


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