– Digítame, pero hazme libre.


En el año 1992, creo, año de eventos, de nacimientos, de ilusiones barceloninas… descubrí que el mundo bannersdigital no se circunscribía a MSDOS, Windows y, ya como la hostia de avanzado, había un sistema operativo en común entre Micro$oft e IBM: el OS/2.  Existía LINUX.

También había algo más «esotérico»: las BBS, una red que mediante un módem conectado por línea telefónica nos permitía comunicarnos con otras personas, bajar correo, bajar programas… La primera vez que me bajé algo por el módem fue una sensación sublime. ¡Era uno de los elegidos! ¡Era magia! Una hora conectado a la carísima red telefónica y al final tenía un nuevo programa o juego en mi ordenador. Demassié!!!

Entonces no se hablaba de internet (algo había oído en círculos muy técnicos, universitarios), eramos cuatro iluminados los que entrábamos en las BBS y punto. Yo me imaginaba entrando (y así se lo explicaba a mis familiares, amigos, alumnos) mediante internet en la biblioteca de Harvard, al Departamento de Filosofía y releer los documentos de ellos.

-Seguro que en el 2015 todos lo podremos hacer- Pensaba.

Y que va, en el 1995 ya lo pude hacer desde un acceso que probé a Internet. En septiembre ya lo tenía instalado en casa. Y gratis… No os diré como 🙂

Pero en el 1992 había algo diferente, un sistema operativo que se llamaba Minix y que era un clon de UNIX, Sistema Operativo mítico. Lo probé. Hombre, no estaba mal, se parecía al MSDOS. Pero… ¿dónde estaba la potencialidad? Me olvidé.

Al cabo de unos días leí un artículo de un iluminado (que no era la Madre Teresa de Calcuta…), se llamaba Linus Torvalds. Lo recuerdo como estudiante en el bar de su facultad en Helsinki y bebiendo cerveza. ¡No era un Yuppie!  Pues bien, había iniciado un proyecto de escribir todo el UNIX y dejaba que todo el que quisiera y estuviera capacitado le ayudará. Había nacido LINUX. ¡Qué apasionante que me resultó todo eso!

Ya estaba, en el 92, probando un disquete (o unos cuantos, no recuerdo) con Linux. Me formateé el Disco Duro y lo puse. Era difícil pero apasionante.

Y así sobreviví unos meses. Fue duro. Al final volví a MSDOS y Windows 3.x que era lo que todos utilizábamos en el curro. Y más yo que era programador.

Sin embargo me enganché a la filosofía del Software libre.  No soy purista, más bien relativista en todo y no entro en matices, como por ejemplo si es Código Abierto y otras acepciones…  Lo que me interesa es la palabra libre, haz lo que quieras y respeta a los que han trabajado en esto. Transmite lo que aprendes, lo que mejores y haz que todo el mundo tenga acceso al Soft Libre. Desde ese momento fui un diseminador de la idea. No siempre fue fácil utilizar Linux. Probé muchas distribuciones hasta que en 2005 encontré la que me encajaba por potencia y facilidad: Ubuntu.  He ensayado con los diferente sabores: Kubuntu, Edubuntu, Xubuntu. Al final estoy de forma constante con Ubuntu (GNOME).

En otro momento ya os hablo de este apasionante mundo libre…